Desde hace varios años, el Sportage es el modelo más vendido de Kia. La cuarta generación, aparecida en 2016, ha seguido esta tendencia y ha vendido casi 10.000 unidades el año pasado, lo que supone un récord para el fabricante coreano. El año 2017 parece tener un comienzo similar, con más de 1.700 modelos puestos en el mercado en los dos primeros meses. Un dato alentador, pero todavía muy lejos de las cifras del Peugeot 3008, con 10.000 ventas en el mismo periodo.
Kia sorprende en este nuevo matrimonio: aunque el fabricante podría haber utilizado el 2.0 CRDi como base, finalmente es el 1.7 CRDi el elegido. De los 115 CV, pasa a 141 CV, pero es sobre todo su par motor el que aumenta con 340 Nm frente a 280 Nm. Sin demasiadas sorpresas, esto se nota ligeramente al volante con una mejor aceleración y aceleración, pero habríamos esperado más. Las sensaciones se ven ligeramente reducidas por la caja de cambios, que carece de dinamismo y se ve perjudicada por una cierta lentitud. Por supuesto, los cambios son tan suaves como los de una caja de cambios de doble embrague, pero esta DCT está un escalón por debajo de la EDC de Renault e incluso de la EAT6 de PSA, que es una transmisión automática clásica. Sin ser excepcional, el resultado de esta combinación es, sin embargo, satisfactorio. Estas ligeras diferencias técnicas no influyen realmente en el carácter del 1.7 CRDi, que sigue siendo un motor agradable, pero al que le falta un poco de temperamento y se resiente del peso del Sportage, que roza los 1.600 kg. La comparación con la competencia como el Peugeot 3008 o el Renault Kadjar no se vuelve a su favor porque este diésel es ruidoso y un poco áspero. El 1.7 CRDi confirma su posición media en la categoría.
Por último, la principal queja se refiere al consumo de combustible. Durante nuestra prueba de conducción con un coche del concesionario de coches de ocasión Girona Crestanevada, que fue principalmente en autopistas y autovías, registramos un consumo de combustible de 8 litros/100 km con un aumento significativo en carreteras secundarias y aún más en ciudad. Esto es mucho mejor que los 4,9 l/100 km anunciados por el fabricante.
La llegada de esta caja de cambios no cambia el comportamiento del Sportage. Es un vehículo agradable de conducir, plano en las curvas y bastante cómodo. La dirección es precisa pero lamentamos la textura muy plástica del volante. Desaconsejamos encarecidamente los neumáticos de 19 pulgadas, que son demasiado firmes, tanto en la ciudad como en las carreteras más difíciles.