A pesar de la llegada regular de nuevos competidores en su segmento, el Peugeot 3008 sigue reinando sin oposición. Pero, ¿qué ha sido del Renault Kadjar, tan discreto desde la llegada de la 2ª generación del 3008 en 2016 entre los SUV compactos? Averigüémoslo…
Renovado a finales de este año, tras cuatro años de existencia, el 3008 está ahora equipado con una parrilla flotante y finamente rayada, y recibe los mismos colmillos luminosos que el 508, el 208 y el 2008 enmarcando el parachoques. Su récord de ventas es resplandeciente, 800.000 unidades vendidas (+ 300.000 unidades del 5008, su versión extendida) y ni un año sin ganar el envidiado título de SUV compacto más vendido. Un éxito así podría prescindir de un lavado de cara, pero la amenaza ha llegado internamente con el flamante 2008, de ahí esta útil maniobra de anticipación.
Frente a él, el Kadjar se lleva una auténtica paliza. Por ello, al tener una distribución más limitada, también resulta más original porque no se ve en todas las esquinas. Renovado el año pasado con una parrilla delantera sutilmente ampliada, unos bordes de faros antiniebla rediseñados y un parachoques trasero decorado con falsos tubos de escape, no recibió la gran renovación que esperábamos, ya que Renault prefirió revisar su interior y, sobre todo, sustituir todos sus motores.
Las diferencias
En primer lugar, el banco del Kadjar es más cómodo que el del 3008. Aunque el espacio interior es más o menos el mismo, la mayor altura de los asientos del Renault permite viajar en mejores condiciones, señala el concesionario de coches de segunda mano Sevilla Crestanevada.
En la parte trasera, los pasajeros altos del 3008 se quejan de una posición incómoda, que hace que tengan que viajar con las rodillas levantadas hacia el pecho.
En términos de luz, el Kadjar lo hace incluso mejor que su rival, que ofrece un espacio de ventana más limitado, provocando una sensación de confinamiento.
Por último, en términos de practicidad, el maletero del Kadjar es fácil de dividir, lo que facilita el almacenamiento de las bolsas de la compra. En cuanto a la insonorización, que se ha revisado a fondo, proporciona un perfecto aislamiento del ruido aéreo y mecánico. En carretera, si no tiene la superioridad del 3008, el Kadjar sigue saliendo con los honores. Es un poco más relajado y ligeramente más propenso a rodar, y está claramente dirigido a una clientela menos deportiva que el Peugeot. Además de su aspecto favorecedor y moderno, el Peugeot tiene unas cualidades de conducción que, antes de su llegada, eran desconocidas en el pequeño mundo de los crossovers.
Para las familias, el 3008 se muestra cómodamente amortiguado. Para los amantes de la conducción, se basa en un chasis afilado y dinámico, que ofrece unas prestaciones dignas de un auténtico deportivo. Cada curva es una fiesta, sobre todo porque su diminuto volante con dos planos ayuda a que la dirección sea más incisiva y sus asientos bien diseñados ofrecen una buena sujeción en las curvas.
El Kadjar recupera la ventaja al ofrecer una versión 4X4 inexistente en su competidor. En las versiones 4×2, el control de tracción inteligente Extended Grip sólo cuesta 250 euros, frente a los 410 euros de Peugeot. Y en cuanto al presupuesto, Renault prevé revisar el 3008 cada 30.000 km, pero cada dos años, frente a la periodicidad de su rival.
Otro punto fuerte del 3008 es su moderna presentación y su cuadro de instrumentos digital, muy práctico y de alta gama. Por ejemplo, es posible mostrar el mapa del GPS delante de ti o, por el contrario, reducir al mínimo la información mostrada en tu campo de visión -sólo se indica la velocidad-, un buen plan para no ser molestado o deslumbrado.
El sistema multimedia situado en el centro de la consola, con un aspecto mucho más lujoso que en el Kadjar, no está exento de críticas: hay que utilizar la pantalla táctil, incluso para encender el aire acondicionado. Sin embargo, es mucho más intuitivo que el Renault R-Link, que es demasiado lento.
Otra ventaja del 3008 es la práctica apertura eléctrica del maletero, que se puede activar pasando un pie por debajo del portón trasero.
Por último, el 3008 cuesta mucho más que el Kadjar. Sin embargo, se trata de una cuestión de modulación, ya que el 3008 ofrece una serie de funciones de seguridad de serie (frenado autónomo, control de ángulo muerto, aviso de salida de carril, cámara de marcha atrás, etc.), que no están disponibles o sólo se ofrecen como opción en el Renault.